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Samstag, 25. August 2012

Tiefe Trauer

(Traducción en castellano mas abajo)

Leider haben wir unsere geliebte Tochter in der 21. Schwangerschaftswoche verloren. Sie wog  400 gramm und war 26 cm groß.
Wir sind in tiefer Trauer über den Verlust über dieses süße kleine Geschenk, auf das wir uns schon so sehr gefreut hatten.
Ich hatte eine Zervixinsuffizienz, d.h. mein Muttermund hat sich schon geöffnet und die Fruchtblase rutschte immer weiter herunter.
Eigentlich kann dies operiert werden, doch obwohl vorher alles okay war, rutschte die Fruchtblase innerhalb von 24 Stunden trotz striktem Liegen im Krankenhaus sehr weit herunter. Die OP wäre erst 3 Tage später möglich gewesen, wenn mein Status sich nicht verschlechtert hätte.
Irgendwann war es soweit, nachdem ich so starke Wehen hatte und kein Schmerzmittel half, dass ich die Fruchtblase herauspressen musste.
Danach vergingen noch viele Stunden ohne jeglichen Schmerz und zur Verwunderung aller Ärzte, da wir alle auf die Geburtswehen warteten, die eine Entbindung einleiten. Aber auch hier half das wehenfördernde Mittel gar nichts. Zu meiner Erleichterung war die Entbdindung daher so gut wie Schmerzfrei.
Unsere kleine Immanuela kam am Mittwoch, den 22.8.2012 um 18:05 still zur Welt.
Wir konnten uns noch sehr lange von ihr verabschieden und es war sehr schön, sie von Angesicht zu Angesicht zu sehen, sie zu streicheln, in den Arm zu nehmen und ihr einen Abschiedskuss geben zu dürfen.

Als im Krankenhaus am Anfang uns die Möglichkeit der OP vorgestellt wurde, wusste ich für mich erst einmal, es kann jetzt gut oder schlecht werden. Nachdem an dem selben Tag mein Zustand nicht gleich blieb, wusste ich für mich, die Chancen stehen sehr schlecht.
Ich übergab das Problem in diesen Momenten Gott und schob es auf ihn ab. Ich konnte nur meinen Teil tun, entscheidend war aber, was er tun wollte oder nicht. Ich vertraue Gott und weiss, dass er das Richtige tun wird. Auch wenn ich den Grund nicht kenne, wieso dies so geschehen musste, weiß ich, dass er seine Gründe hat und ich hier nicht verstehen werde.
Ich freue mich aber auf den Tag, an dem ich sie wieder sehen werde.
Gott ist uns jetzt so nah wie noch nie zuvor, die Trauer tut uns so gut, und auch unsere Freunde und Verwandte unterstützen uns in ihrer Trauer, ihrer Hilfe, ihren Gebeten.
Auch im Krankenhaus begegneten uns NUR nette, mitfühlende, besorgte Ärzte/Hebammen/Schwestern/PTAs/Anästhesisten. Alle nahmen Teil an unserer schweren Situation, alle hatten Zeit zum reden, zum trösten. Ich fühlte mich dort so gut aufgehoben, in jedem von ihnen steckte für mich dieser mittrauernde Gott, der auch mit mir in dieser Situation leidet.
Auch Daniel durfte sogar dort übernachten, mich pflegen, immer da sein. Für ihn war es auch eine tolle Erfahrung, sein eigenes Krankenhaus von einer anderen Perspektive kennen gelernt zu haben, so positiv erleben zu dürfen.

Wir fühlen uns getragen und preisen Gott in diesen schweren Tagen.

Den Namen Immanuela hatten wir schon vorher in der Auswahl, es war mein Favorit, geeinigt hatten wir uns aber noch nicht. Im Krankenhaus wusste ich für mich, so wird er/sie heissen. Als ich das Daniel sagte, meinte er nur: "Ja, das dachte ich auch!"
Immanuela bedeutet nämlich: "Gott mit uns."
Wir spüren und wissen, Gott ist jetzt bei uns. Und wir wissen, Sie ist jetzt bei Gott.

CASTELLANO:

Lamentablemente perdimos a nuestra querida hija, estando en 21 semanas de embarazo. Pesó 400 gramos y medía 26 centímetros.
Estamos de luto por esta pérdida de este regalo sobre el que ya nos habíamos alegrado tanto.
Por qué me pasó?
"Existen casos en los que el cuello uterino es incapaz de permanecer cerrado hasta el final del embarazo, esto es insuficiencia cervical. Este trastorno puede ser congénito o por motivos varios como un desgarro del cuello del útero en un parto anterior o una intervención quirúrgica previa." (Link)

Normalmente esto se puede operar, pero aunque todo estaba bien antes, mi saco amniótico ya se desprendió dentro de 24 horas drásticamente, aunque solo había estado en cama en el hospital. La operación podría haberse hecho 3 días después, si es que mi estado no habría empeorado.
Después de que tuve contracciones muy fuertes y ningún calmante me ayudaba, asi que me sentía obligada a presionar, hasta que el saco amniótico salió.
Pasaron algunas horas sin ningun dolor y los doctores estaban muy sorprendidos, ya que esperabamos las contracciones que inician el parto. Pero también aquí no me ayudaban los medicamentos que ayudan a tener contracciones. Por eso también el parto para mí fué casi sin ningun dolor.
Nuestra pequeña Immanuela nació silenciosamente el miércoles, 22 de agosto 2012 a las 18:05 horas.
Nos pudimos despedir muy intensamente de ella y fue un momento muy valioso, verla, abrazarla, tenerla en brazos y darle und beso de despedida.
Cuando estuve en el hospital y me explicaron la posibilidad de la operación, supe para mí, que esto puede terminar bien o mal. Después de que pasaron estas 24 horas y empeoré, supe que ya no habrá manera de que todo salga bien.
Por eso le dí el problema a Dios, le dije que es SU problema ahora y no el mío. Yo puedo dar mi parte y hacer todo lo que puedo, pero sabía que depende lo que el hará o no hará. Confío en Dios y sé que el hará lo mejor. Aunque no conozca la razón, por qué esto tuvo que pasar, sabía que todo tiene su razón y que acá no lo entenderé jamás.
Me alegro de poderla ver algún día.
Dios ahora está tan cerca como nunca antes, el duelo nos hace sentir muy aliviados, y nuestros amigos y parientes nos ayudan con su ayuda, sus oraciones y su duelo.
También en la clínica solo había gente tan carinosa, preocupada, dolida. Todos participaron de nuestra terrible situación y compartían nuestro dolor. Dieron su tiempo conversando y consolándonos. Me sentía tan segura allí, y sentía que en cada uno de ellos había una parte del Dios que sufre conmigo.
A Daniel también lo dejaron dormir conmigo en la clínica. Para el tambien fue una experiencia muy valiosa ver a su clínica (en la que el trabaja) de esta otra perspectiva, que fue tan positiva de como nos trataron y ayudaron.
Nos sentimos muy seguros en las manos de Dios y lo alabamos en estos días tan difíciles.

El nombre Immanuela ya lo teníamos en nuestra selección ántes de todo esto y fué mi favorito, pero todavía no nos habíamos puesto de acuerdo.
En la clínica yo sabía por mí que lo/la iba a llamar así. Cuando le dije esto a Daniel, el sólo dijo: "Sí, también lo pensé".
Ya que Immanuela significa: "Dios con nosotros".
Sentimos y sabemos, que Dios está ahora con nosotros. Y sabemos que ella está con Dios ahora.

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